Una película no pasa desapercibida cuando el algoritmo de Netflix la sugiere como recomendada entre sus numerosas novedades. Y, posiblemente, ‘Nonnas’ sea la joya del verano de la plataforma estadounidense.
Más allá del protagonismo de actores consagrados como Vince Vaughn y Susan Sarandon, su historia (basada en una situación real) conmueve y emociona, al tiempo que ofrece una preciosa perspectiva sobre cómo aprovechar el talento senior de una sociedad cada vez más veterana.
No hago spoiler si descubro la sinopsis, presente en los títulos iniciales del film: un ciudadano de Brooklyn decide abrir un restaurante de comida italiana en Staten Island. Hasta ahí, todo normal.
Lo demás es lo que se sale de lo común: de raíces transalpinas y con una infancia ligada a su madre y su abuela, su idea culinaria parte de la base de imaginar un lugar que provoque familiaridad y ofrezca recetas como las que se comían en casa.
Y, para ello, decide que sus chefs no serán profesionales, sino cuatro señoras septuagenarias con unas cualidades extraordinarias para cocinar platos ligados a la tradición, el sabor y los recuerdos.
Obviamente, nada es sencillo. Ni convencerlas, ni gestionarlas, ni hacerlas trabajar en equipo ni conseguir que entren clientes. Pero, en el camino, se crean unos lazos (y unos platos) que mejoran la vida de cada uno de los protagonistas.
No adelantaré el final, pero sí una cuestión fundamental que liga ‘Nonnas’ con Macarfi: en un momento dado aparece en el local una reseña de la guía Zagat, en la que Manuel Carreras se inspiró para poner en marcha su proyecto.
Y uno se da cuenta de que ahí reside su espíritu. El de encontrar lugares que no están en la conversación, con una historia detrás, por los que vale la pena apostar y que suponen mucha más emoción gastronómica en algunos momentos que otro tipo de propuestas.
Equipo Macarfi