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Entrevista a Carlos Álvaro, El Catalatas

Carlos Álvaro, El Catalatas: «Abrir una lata puede ser el mayor placer del mundo o la mayor decepción».

 

Carlos Álvaro, más conocido en Instagram como El Catalatas, abre conservas con mucho sentido del humor ante más de 300.000 personas que lo siguen con devoción. Un artículo de José Carlos Capel sobre las sardinas que envejecen en lata como el vino en botella le fascinó tanto que aparcó su pasión por el whisky y se dedicó en cuerpo y alma a las latas. Madrileño, afincado en Mallorca, habla con tanta pasión de mejillones como de berberechos. Y ahora acaba de abrir el ecommerce de conservas – elcatalatas.com- que aspira a convertirse en el mayor y más especializado del mundo. Abrimos la lata. 

 

¿Quién hay detrás de El Catalatas?
Soy un coleccionista frustrado de whisky. Quería hacer en YouTube lo mismo que hago ahora en Instagram, pero con whisky. Hasta que leí un artículo de José Carlos Capel sobre las sardinas que envejecen en lata como el vino en botella. Me fascinó. 

¿Cómo surgió el nombre?
Sin pensar mucho, la verdad. Quería algo que sonara natural, reconocible, español. “El Catalatas” me pareció perfecto y ahí se quedó.

¿Tienes formación gastronómica o simplemente te gusta comer?
Disfruto comiendo. Me da igual un bocata de boquerones en la montaña que una chuleta en un restaurante con tres estrellas Michelín. No tengo formación: tengo hambre y curiosidad.

El humor está muy presente en tus vídeos. ¿Es necesario para hablar de comida?
Absolutamente. Aquí venimos a disfrutar o a reírnos. Si la lata es magnífica, me emociona; si es un desastre, al menos nos reímos todos.

¿Hay buenas marcas blancas?
Sí, pero hay que saber leer la letra pequeña. Detrás de cada marca blanca hay una conservera real. Algunas grandes superficies aprietan tanto los precios que el producto pierde mimo, pero hay otras que trabajan con cariño y se nota. He probado latas excelentes de marca blanca por poco más de un euro.

¿En qué región se vive más la cultura de la conserva?
Murcia, es una sorpresa. Allí no eres bien recibido si sirves los mejillones sin limón. Lo defienden con pasión. Y en Novelda tienen el “chanchullo”: patatas fritas, mejillones, berberechos, frutos secos, encurtidos… el final top del apetitivo. 

En el mundo de las latas, ¿el tamaño importa?
Solo en el precio. Cuanto más grande el bicho, más tarda en crecer, y eso se paga. Pero no siempre más grande es mejor. Con las anchoas, por ejemplo, muchos defienden que la lata pequeña concentra mejor el sabor. Cuestión de gustos.

¿Te consultan mucho los seguidores?
El 95 % de los mensajes son de cariño. Me mandan fotos de sus patatas con berberechos o me piden recomendaciones. 

Hablemos de tu tienda online….
La monté con mi amigo Cristóbal, gallego y conservero. Queremos ofrecer desde las latas más gourmet hasta las mejores para el día a día. Lo importante no es que sean caras, sino honestas. Queremos crecer en calidad y representar lo mejor de España.

¿Qué países podrían hacernos sombra en el mundo de las conservas?
Ninguno, pero Portugal y Francia hacen cosas muy buenas. Portugal nos gana en atún: lo pescan y elaboran fresco en las Azores. Y tanto ellos como los franceses nos adelantan en creatividad. Aquí tenemos cuatro fórmulas: aceite, escabeche, tomate y picante. Ellos tienen veinte.

Te invitan a un restaurante top y te dicen que traigas una lata. ¿Cuál llevarías?
Unas anchoas con mantequilla de Conservas Catalina o unas de Hondarribia. Estas últimas las hace una sola persona, no una cadena de producción. Son inimitables.

Termina la frase: abrir una lata es como…
…mirar al abismo y dejar que el abismo te mire a ti. Puede ser el mayor placer del mundo o la mayor decepción.

Un plato que consideres sublime, cocinado con conservas….
La pasta con berberechos. Lo subo mil veces a Instagram y me da igual repetirlo… es barato, fácil y lujurioso.

¿Con quién te gustaría abrir una lata?
Con Joan Manuel Serrat. Sin dudarlo. Es un referente absoluto y el mejor poeta en castellano de nuestra historia reciente.

¿Y a partir de ahora?
Seguir disfrutando. Y demostrando que una buena conserva no es un último recurso, no es supervivencia, es cultura, memoria y placer concentrados en una lata.

 

TEXTO: DAVID RUIZ

FOTO: CEDIDA